Europa se pone firme con las emisiones de CO2
Europa se ha puesto firme con el asunto de las emisiones de CO2. El escándalo del ‘dieselgate’ -del que se cumplen dos años- y la necesidad de avanzar hacia un mundo menos contaminado han empujado a las autoridades europeas a impulsar una restricción de las emisiones de dióxido de carbono en el continente. En concreto, la propuesta legislativa de la Comisión Europea (CE) plantea descensos del 15% de las emisiones de CO2 (el principal agente responsable del ‘efecto invernadero’) para 2015 y del 30% para 2030. Además, Bruselas quiere hacer de la Unión un referente mundial en la transición desde un modelo de transporte basado en los motores de combustión hacia la movilidad eléctrica.
La iniciativa -coincidente con la celebración de la cumbre climática de Bonn (Alemania)- establece varios ejes de actuación para poder cumplir con el compromiso adoptado por Europa en el Acuerdo Climático de París de reducir sus emisiones contaminantes vinculadas al transporte en un 40% para el año 2030. Un primer paso es obligar a los fabricantes de vehículos a reducir las emisiones contaminantes de sus modelos un 15%, desde los 95 gramos de CO2 por kilómetro actuales, hasta los 80 gramos. El segundo fija la reducción en un 30, de forma que las emisiones no superen los 66,5 gramos de CO2 por kilómetro. Los constructores que no cumplan estas reglas se arriesgarán a fuertes multas.
Impulso del coche eléctrico
Por otro lado, y con el objetivo de impulsar el coche eléctrico, Bruselas pondrá sobre la mesa 800 millones de euros destinados a reforzar la red de cargadores eléctricos, más otros 200 millones en ayudas de I+D para los fabricantes que cumplan los objetivos antes citados. Eso sí, el plan deberá ser negociado, antes de su aplicación, con el Parlamento y el Consejo europeos.
