Miedo a conducir o amaxofobia

Aunque para una gran parte de la población conducir es una experiencia que ha culminado con el famoso eslogan publicitario “Me gusta conducir”, la realidad nos dice que un 22% de la población sufre ansiedad al volante.
La ansiedad al volante puede terminar en amaxofobia que es el miedo a conducir. La amaxofobia es más común en mujeres que hombres sobre todo a partir de 40 años. Sin embargo, los datos también confirman que los hombres son menos propensos a afirmar que sufren al volante. Aunque puede parecer un problema de conductores noveles, se da en conductores con años de carnet de conducir o en personas que han sufrido un accidente. Para poder superar el miedo a conducir, debemos seguir una serie de pautas y siempre supervisadas por un psicólogo que sabrá si estamos dispuestos a afrontar cada reto.
1. Reconocer el problema
El primer paso para superar el miedo a conducir es como en cualquier fobia reconocer el problema. Es el punto de partida para querer superarlo. Son muchos los que sufren ansiedad al volante, pero no reconocen que es un problema y por tanto no podrán poner remedio. Una vez reconocido, un profesional debe valorar el grado de la afección y determinar en qué situaciones concretas se manifiesta la amaxofobia.
2. Dejar de lado nuestros miedos
Debemos dejar atrás pensar en las situaciones que nos generan ansiedad como que pasa si se me avería el coche, o si me pitan, … Los miedos deben tratarse con sentido del humor y autoestima. Hay que pensar en positivo, dando vueltas a las preguntas como ¿por qué me iban a pitar? En este proceso de cambio la figura del psicólogo resulta imprescindible para ayudarnos a recorrer ese camino.
3. Técnicas de relajación
Una buena recomendación es iniciarnos en las técnicas de relajación. Aprender a controlar nuestra respiración, a liberar el estrés. Podemos empezar ocn técnicas de respiración profunda para alejar miedos y controlar la ansiedad. Existen cursos y talleres donde aprender a reducir el estrés.
4. Técnicas de realidad virtual
Autoescuelas o centros psicológicos incorporan ya máquinas de realidad virtual para enfrentarnos de forma gradual a nuestros miedos. Gracias al simulador podremos enfrentarnos poco a poco a nuestros miedos y mejorar nuestras técnicas de conducción. Una vez nos manejemos bien en el simulador, es hora de hacer frente a situaciones reales con tráfico real. Podemos empezar por trayectos cotidianos con los que estemos familiarizados. Poco a poco y con la ayuda de profesionales podemos superar la amaxofobia y proclamar el “Me Gusta Conducir”.