Para una conducción, segura, económica y menos contaminante

Partiendo de la primera puesta en marcha, al comenzar el día, es aconsejable evitar aceleraciones bruscas, cosa que debe evitarse siempre, muy especialmente en frío, hasta que el motor alcance su temperatura de trabajo.
Las consecuencias de practicar de forma continua una conducción “dura” tratando al volante puede provocar serias averías en los órganos vitales de motor, y en el menos malo de los casos acortar su vida útil de forma significativa.
Hace más de 20 años que los carburantes fueros sustituidos por inyecciones electrónicas, tanto para los diésel como para los de gasolina, al día de hoy la inmensa mayoría de los turismos e industriales ligeros que circulan por las carreteras, la inyección de combustible se corta, siempre que las condiciones de la ruta te permitan avanzar con una velocidad metida la que corresponda por la situación del tráfico, y con el pedal del acelerador suelto. Los vehículos actuales cortan el paso combustible cuando la propia inercia de la velocidad permite en autopista y carretera mantener velocidad sin consumo, lo que viene a llamarse conducción a vela.